Maravillas del Mundo XVIII: La Ciudad Prohibida, el colosal palacio imperial de la Dinastía Ming.

Palacio de la Armonía Suprema, epicentro de la Ciudad Prohibida.
Año 1368, Zhu Yuanzhang, caudillo de un levantamiento campesino, se hace con el trono de China e inaugura la célebre Dinastía Ming. Y fue a principios del XV, bajo el reinado de Yongle (1404-1424), que traslada la capital de Nankin a Beijing (Pekín), cuando se construye el mayor centro y monumento político de China, la llamada Ciudad Prohibida, en el momento de máximo esplendor y extensión del Imperio Chino. Después de Yongle, China pasa a una política conservadora, cesa en su expansión y se repliega para protegerse, de los ataques de mongoles, machués o de pueblos de la Estepa, y Beijing era el lugar idóneo por su fácil defensa y por estar más al norte. Durante cinco siglos los emperadores de la Dinastía Ming residieron en la Cuidad Prohibida, protegida por un gran trama de la gran Muralla China. 

Trono del Dragón en la Sala de la Armonía Suprema.
Fueron 24 emperadores los que gobernaron desde el denominado Trono del Dragón en el centro de la Ciudad Prohibida, vetada para el pueblo, nadie podía ver nunca al emperador y todo estaba regulado por un riguroso protocolo. La ciudad imperial, para el emperador o hijo de cielo, se construyó siguiendo la tradición y las milenarias técnicas ritualistas chinas, siguiendo patrones de más de mil años de antigüedad. Los palacios de la Ciudad Prohibida se estructuraron igual que los primeros palacios y ciudades ex novo chinas. Un gran recinto de horizontalidad total, abierto y amurallado en cuyo centro se levantaba una gran plataforma o podio donde se construían los edificios y palacios más relevantes orientados de norte a sur. Era una disposición que enlazaba con la visión cosmología y social de Confucio y sus discípulos.

Torre de una de las esquinas de la muralla que rodea la Cuidad Prohibida.
Junto con esa tradición milenaria constructiva, llama mucho la atención el constante uso de la madera. La mampostería y la piedra era utilizada para obras de ingeniería, como murallas y puentes, que estaban construidos con el principio de durabilidad. Sin embargo, los edificios y palacios se construían en madera, los chinos no pretendían que sus edificios fueran eternos, creían en la mutación constante de la arquitectura, muy en la línea contemporánea occidental. Las reformas constructivas eran una constante y la madera era un material ideal al ser fácil de transportar y trabajar de forma estandarizada. Aunque, lógicamente, no tenía la durabilidad de la piedra caliza o la mampostería, de esta forma no se conservan edificios chino antes de la Dinastía Ming, el fuego era su gran enemigo. Destacar que el gran Palacio de las Tres Salas, centro de la Ciudad Prohibida, ardió cien años después de la levantarse. Se reconstruyó pero los incendios y las consecuentes restauraciones eran una constante, por ese motivo gran cantidad de tronchos de madera eran almacenados en la Ciudad, y se construían contantes cortafuegos.

Plano de la Ciudad Prohibida.
La arquitectura palacial China está caracterizada por la sencillez y la simpleza, sus elementos capitales son pocos y muy funcionales. En la base de los palacios un alto podio sobre el que se situaban las célebres columnas de madera de nammu (de la familia del cedro, madera elegida para los grandes palacios). Los edificios centrales de la Ciudad Prohibida están levantados sobre una podio espectacular de mármol de 230 metros de longitud. Sobre las columnas de grosor decreciente se establecen también vigas cuyo tamaño va decreciendo, una novedad técnica creada para la Ciudad Prohibida. Solamente ampliando el numero de vigas y columnas de forma estandarizada se podría ampliar el edificio en todas direcciones. Además de la madera el otro elemento capital de la arquitectura palacial china y de la Ciudad Prohibida es el color. Los edificios son una verdadera explosión decorativa a base color, también siguiendo esquemas milenarios, con el rojo como color principal en los podios y columnas, las vigas eran verdes o azules, los tejados amarillos, junto con el resplandeciente mármol de las balaustradas. 

Representación de la Ciudad Prohibida en una pintura de la Dinastía Ming.
La gran Ciudad Prohibida se inicia en el año 1406, nada más hacerse con el poder Yongle, quería una nueva e impresionante capital, ya que capital anterior, Rankin, quedó muy dañada por las luchas con los mongoles de la estepa. La construcción fue muy rápida, en 1420 ya estaba terminada, gracias a esa funcionalidad de la forma de construir china y a los miles de trabajadores, obreros y condenados que se encargaron de erigirla. Es de destacar que los arquitectos de los palacios chinos son anónimos, lo único que sabemos es que no eran de la aristocracia, eran artesanos. No obstante, si se conoce el nombre del diseñador de la Ciudad Prohibida, un eunuco de Vietnam llamado Nguyen An. Que ideó una gran capital imperial rectangular y amurallada en cuyo centro se alzaba la Ciudad Púrpura Prohibida o Zijincheng. Es curioso, que en ese gran recinto residían los obreros que trabajan en las constantes reformas de los palacios. Beijing creció de forma considerable durante los siglo XV y XVI desarrollándose barrios en dos ciudades: una interior y otra exterior

Trono del Palacio de la Pureza Celestial.
La Ciudad Púrpura era la joya de la corona, la residencia imperial en la que todo era boato y un protocolo calculado al milímetro, en un palacio en el que no se permitía la entrada del pueblo. Una gran cuadricula horizontal en cuyo centro se alcanza la gran maravilla de la cuidad, el impresionante Palacio de las Tres Salas, donde se encuentra el gran trono del emperador. A las Tres Salas, se accede tras cruzar la Puerta del Mediodía, y encontramos una colosal terraza triple con balaustradas y escalinatas de mármol, y rampas decoradas con los míticos dragones imperiales. 

La Sala de Armonía Suprema.
En las Tres Salas era donde se celebraban los actos públicos del Imperio. Desatacando la gran Sala de la Armonía Suprema, el mayor edificio del todo el recinto, contaba con 2.377 metros cuadrados de superficie y 35 de altura. El gran trono imperial del dragón se disponía en el centro, desde donde el emperador presidía las más relevantes festividades imperiales, como el año nuevo. Hecha enteramente de madera sobrecoge por el mar de columnas rojas decoradas con dragones. Muy recurrente era la presencia el león o perro fu, animal totémico y protector de los palacios chinos. 

El León o Perro Fu.
Destacan otras salas y Palacios como: La Sala de la Armonía Perfecta, donde el emperador preparaba los rituales y sacrificios anuales. La Sala de la Preservación de la Armonía, dedicada a la celebración de actos y banquetes con los representantes y diplomáticos de reinos exteriores. El Palacio de la Pureza Celestial, que albergaba las dependencias privadas del emperador. El Palacio de la Tranquilidad Terrestre, espacio reservado para los aposentos de la emperatriz. La Sala de la Ejercitación del Espíritu, lugar de retiro de los emperadores en el que ejercitaban caligrafía o pintura, las artes nobles chinas. Los Tres Palacios de Atrás, residencia de los miembros de la familia imperial.

Palacio de la Pureza Celestial.
Los Seis Palacios Occidentales, que albergaban a las concubinas del emperador. Las Dependencias de los Eunucos, grandes funcionarios con una relevancia creciente en los asuntos imperiales de los Ming. Un glorioso e inmenso palacio que se completaba con un espectacular Jardín de 7.000 metros cuadrados con lagos artificiales con islas llenas de una deslumbrante y exótica vegetación. Un río de agua dorada con cinco puentes. Todo el recinto estaba rodeado por una colosal muralla de 12 metros de altura a la que se unía un foso de 50 metros de ancho.

Plano con la localización de la Cuidad Prohibida en el centro de Pekín.

En definitiva, la Ciudad Prohibida es toda una gran maravilla de la Humanidad, una sublime residencia, sede del gobierno imperial hasta la renuncia del ultimo emperador Puyi, en 1912. Una joya arquitectónica del desconocido, por occidente, Imperio Chino. En China, y toda Asia, hay grandes maravillas del mundo que merece la pena descubrir, como esta fastuosa Ciudad Púrpura de Pekín. 

Bibliografia: 
J. Gernet. El Mundo Chino. Crítica, Barcelona, 2006. 
D. Folch Fornesa. La Cuidad Prohibida. Historia National Geographic, nº 44, 2007.
Fotografias y planos: Wikipedia.

Comentarios

  1. Muy chulo el Post Peter, a ver si puedes hacer otro sobre el último emperador chino y el porque de su renuncia, siempre me encantó ese tema he visto documentales pero me gustaría una visión tuya. Un abrazo.

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    1. Joder! agradezco que pases por aqui y comentes amigo. Cuenta con ello, aunque, obviamente, la historia China no es mi especialidad intentaré documentarme bien y ofrecerte mi visión sobre la renuncia de Puyi y el final del imperio chino. un abrazo fuerte.

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