Grandes Mitos de la Antigüedad II: Aquiles.

Aquiles y Quirón, fresco de Pompeya, siglo I d.C.

Aquiles es el gran héroe de la Ilíada de Homero, poema épico que narra la guerra de Troya, en el que Aquiles tiene un estelar protagonismo. La Ilíada comienza de esta manera: “‘Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles / cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos...”. Homero nos relata la intervención y la cólera de Aquiles, como gran protagonista de su épico relato. Aquiles es el hijo del mortal Peleo, rey de los mirmidones en Ftía (sureste de Tesalia), y la diosa marina Tetis. Según el mito Zeus y Poseidon se disputaban yacer con Tetis, hasta que Prometeo auguró que Tetis tendría un hijo mortal más grande que su padre, de modo que ambos dioses renuncian a Tetis y está se ve obligada a casarse con Peleo. Según el mito tras el nacimiento de Aquiles, Tetis intentó hacerle inmortal sumergiéndolo en la laguna Estigia, pero olvidó mojar el talón por el que le sujetaba, de manera que Aquiles sólo era vulnerable en su talón. Así lo cuenta la Aquileida, poema incompleto compuesto por Estacio en el siglo I d. C. Según otra versión de mito, Tetis ungía a Aquiles en ambrosía y quemaba las partes mortales de Aquiles con fuego y las sustituía por inmortales, una labor que fue interrumpida por Peleo, y el talón de Aquiles quedo carbonizado, Tetis enfurecida abandonó a Peleo.

La Furia de Aquiles, Charles Coypel.

Un Peleo que sustituyo el talón de Aquiles por el del gigante Dámiso, conocido por su gran rapidez en carrera, por ello se conoce también al Pelida como el héroe de los pies ligeros. Sea como fuera el talón de Aquiles quedo al margen de su invulnerabilidad, la cual no se menciona en la Ilíada, puede ser que Homero diera por hecho que el mito era ya bien conocido. Peleo, abandonado por Tetis, entregó a Aquiles y a su primo Patroclo al célebre centauro Quirón para que los criase y educase. El gran Quirón instruyó a Aquiles en el monte Pelión, junto a otros grandes como Heracles o Jasón, le enseñó las artes de la guerra, la curación y la elocuencia. Además de darle de comer animales salvajes y fieros, como leones o jabalíes, para aumentar su valentía y que fuera un gran guerrero. En la Ilíada no se cuenta su mítico nacimiento ni su muerte, antes de la toma definitiva de Troya, para Homero el mito de Aquiles era conocido por todos. Lo que si se menciona es que Aquiles es consciente de que está predestinado a una vida breve, pero que quedará inmortalizado como gran héroe, su propia madre, la diosa Tetis, se lo recuerda en el encuentro que se relata en el primer canto de la Ilíada. Homero finaliza su obra con el entierro del troyano Hector, dejando sin contar los detalles de la conquista de Troya por los aqueos y la muerte de nuestro héroe Aquiles. Para conocer el final de Troya y de Aquiles, hay que acercarse a la Odisea, a la pérdida Etiópida del siglo VII a.C., o a la Pequeña Ilíada atribuida a un tal Lesques de Pirra, que nos cuenta la disputa que se produce tras la muerte de Aquiles por sus armas. Además en el siglo III-IV a. C. el poeta Quinto de Esmirna compone su extenso poema llamado Posthoméricas, en el que nos narra los hechos posteriores a la muerte de Hector y el propio fin de la guerra de Troya, recogiendo pasajes de la desaparecida Etiópida

Aquiles y Patroclo.

El Aquiles de la Ilíada comienza por negarse a batallar por su enfado con el rey Agamenón, líder de las fuerzas aqueas. El origen del enojo de Aquiles está en el hecho de que Agamenón había tomado a una mujer llamada Criseida como esclava, y el padre de ésta, Crises, un sacerdote de Apolo, le rogó que se la devolviera. Agamenón se negó y Apolo envió una plaga contra los griegos. El profeta Calcante determinó correctamente la fuente de la plaga pero no quiso hablar a menos que Aquiles jurase protegerle. Aquiles así lo hizo, por lo que Calcante declaró que Criseida debía ser devuelta a su padre. Agamenón accedió, pero exigió entonces que la esclava de Aquiles, Briseida, debía entregársele para reemplazar a Criseida. Aquiles entiende que ha sido deshonrado por Agamenón y se niega a combatir e intervenir en la guerra con sus mirmidones. La batalla se decanta de lado troyano, y Nestor, rey de Pilos, señala que es la ausencia de Aquiles la que da ventaja a los troyanos. Y pide a Agamenón que aplaque la ira de Aquiles, Agamenón manda a Odiseo para que ofrezca a Aquiles la devolución de Briseida, pero Aquiles rechaza esa tardía disculpa e insta a los griegos a volver a casa. 

Tetis recibe las armas de su hijo de Hefesto.

La Guerra está manos de los troyanos de Hector, que tienen a los griegos acorralados en la playa, momento en que intervienen los mirmidones dirigidos por Patroclo, Aquiles se queda en su tienda, que logra repeler el ataque troyano, pero muere a manos del noble Hector. Tras recibir de Antíloco, el hijo de Néstor, la noticia de la muerte de Patroclo, Aquiles lloró sobre el cuerpo de su amigo. Su madre Tetis vino a consolar al afligido Aquiles, persuadiéndole para que Hefesto le hiciese una nueva armadura, en lugar de la que Patroclo había llevado y que fue arrebatada por Héctor. La cólera de Aquiles será terrible, dicha ira le lleva a regresar a la guerra contra los troyanos, arrasando a todo aquel que se interpone en su búsqueda de Hector, el asesino de Patroclo. Aquiles persigue a Hector por las murallas de Troya, hasta que tras la intercesión de Atenea, los dioses intervienen constantemente en la Ilíada (Atenea en favor de los Aqueos y Apolo en favor de los troyanos), Hector se decide a enfrentar al gran Aquiles. Aquiles mató a Hector tras atravesar su cuello con su célebre lanza, tras matarlo, Aquiles ató su cuerpo y lo arrastró por el campo de batalla durante nueve días. La venganza de Aquiles estaba servida, en la Ilíada nuestro héroe exclama “!Alégrate, oh Patroclo, aunque estés en el Hades! He traído arrastrando el cadáver de Hector, que entregaré a los perros para que lo despedacen cruelmente; y degollaré ante tu pira a doce hijos de troyanos ilustres por la cólera que me causó tu muerte...”. Y Aquiles tras los juegos funerarios en honor a Patroclo dejó el cadáver Hector expuesto a merced de los perros, pero una vez más, los dioses intervienen, esta vez en favor de Príamo. Primero Zeus haciendo que las mujeres protejan el cuerpo de Hector hasta la llegada de su padre, un Príamo que gracias a la ayuda de Hermes llega a la tienda de Aquiles, y consigue suplicar y convencer al Pelida para que le devuelva el cadáver de su hijo para que pudiera ser enterrado con honor. 

Aquiles da muerte a Hector, Rubens.

Mientras Troya llora la muerte de Hector, Aquiles se enfrenta a las amazonas lideradas por su bella e intrépida reina Pentesilea, hija del dios Ares, que había acudido a la ayuda de Troya. Este relato lo conocemos gracias a la desaparecida Etiópida, que nos cuenta como las amazonas se lanzaron con furia contra los aqueos, causando estragos y asombro entre los griegos. No obstante, las amazonas y su feroz reina Pentesilea se encuentran con Aquiles, y tras un fiero combate, Aquiles atravesó con su lanza el caballo y el pecho de Pentesilea al mismo tiempo, y la reina de las amazonas cayó a los pies nuestro héroe. Aquiles tras quitarle el casco admiró su inusitada belleza, y los troyanos perdieron la ayuda de las amazonas. Pero, según la pérdida Etiópida, una nueva tropa extranjera acudirá en socorro de los troyanos y de su rey Príamo, estamos hablando de Memnón y sus etíopes. Memnón, hijo de la diosa de la aurora Eos, tenía fama de temible y gigantesco guerrero, un digno rival para Aquiles. Sin embargo, tras un brutal combate la espada de Aquiles da muerte a Memnón, después que éste matara a Antíloco, Memnón es otra víctima de la célebre cólera de Aquiles. Ningún enemigo por poderoso que fuera podía con Aquiles, que en un nuevo ataque hizo retroceder a los troyanos, Aquiles avanzó cubierto de sangre hasta sus murallas. Momento en el que interviene un enemigo superior el dios Apolo, defensor de los Troyanos, que advierte a Aquiles y le insta a detenerse, a lo que Aquiles contesta con una negativa y desafía al dios del sol. Es Apolo el que envía una certera flecha que se clava en el talón de Aquiles, el único punto vulnerable de su cuerpo, y nuestro héroe se desangra a las puertas de Troya, se cumplía su fatal destino. Según otra versión del mito fue el hábil arquero troyano Paris, el raptor de Helena, quien lanzó la fatal flecha que Apolo dirigió hasta el talón de Aquiles. Lo que parece claro es que se cumplía el destino del rey de los mirmidones, augurado por su madre Tetis, y por Hector en el canto XIX de la Ilíada, cuando le dice a Aquiles “te mataran Paris y Apolo”.

La Muerte de Aquiles, Rubens.

El gran héroe había encontrado su muerte anunciada, y alrededor de su cadáver se generó un gran combate, Áyax y Odiseo luchan sin cuartel contra los troyanos hasta que consiguen poner a salvo el cuerpo del nuestro héroe, el de los pies ligeros, como también se le conocía. Aquiles llega al campamento aqueo en los hombros Áyax, mientras Odiseo contiene a los troyanos. La muerte de su mejor guerrero fue terrible para los aqueos, que lloran a Aquiles, tanto los compañeros de armas como Briseida y las demás cautivas, y su madre sale del fondo del mar para velar el cadáver de su hijo. Aquiles es quemado en una pira y se celebran en su honor unos grandes juegos atléticos. Finalmente, sus restos son enterrados en un gran túmulo en un promontorio visible desde el mar, y allí, más tarde, se construye un monumento. Tras su muerte surge una nueva disputa por la reparto de las célebres armas de Aquiles: la armadura, el escudo y el casco forjadas por Hefesto a petición de Tetis. Dichas armas se las disputan el gran Áyax, primo de Aquiles, y Odiseo (Ulises), el poseedor de sus armas sería el heredero de Aquiles. Finalmente, los jefes aqueos se decantan por Odiseo. Áyax enloquece ante tal afrenta, su locura le lleva a matar a guerreros aqueos, y avergonzado por su error Áyax se suicida cayendo sobre su espada. Menelao y Agamenón no quieren dar sepultura al gran Áyax como castigo por su locura, pero Odiseo interviene y les convence para que fuera enterrado con honores como gran el rey y guerrero que era. 

Suicidio de Áyax.

La guerra con Troya continúa ya sin Aquiles, pero los aqueos reciben refuerzos: Neoptólemo, hijo de Aquiles, Deidamía, princesa de la isla de Esciros, o Filoctetes, héroe que según los augurios era la clave la conquista de Troya. Pues bien, es Filoctetes el que da muerte al supuesto asesino de Aquiles, Paris. Sin embargo, Troya y Príamo resistían tras sus poderosos muros diez largos años de asedio, un asedio que finalmente culmina con la conquista de Troya, gracias al famoso ardid del sagaz Odiseo, rey de Ítaca. La más que conocida estratagema de Ulises, inspirado por Atenea, y ayudado por el diestro Epeo, que fue el constructor del célebre caballo, terminó con la destrucción de Troya y la matanza de todos sus habitantes. Sólo el joven Eneas escapó con su padre a hombros, la fortuna de Eneas y de los héroes aqueos que sobreviven a este largo asedio, es tema para otros muchos relatos, que trataremos de ilustrar en su momento. Lo que queda claro es la grandeza y fama de Aquiles en la Antigüedad, como demuestra que el lugar donde se situó su tumba será visitado por ilustres peregrinos, que venían a honrar al gran héroe griego. Primero Alejandro Magno, ferviente admirador de Aquiles, que llega a correr desnudo ungido de aceite alrededor de la tumba y monumento de Aquiles. Luego otros como los emperadores romanos Adriano o el posterior Caracalla, todos realizaban sacrificios y corrían entorno a su tumba en honor al gran héroe Pelida. Parece ser que este monumento desaparece en el siglo IV d. C., según la arqueología estaría situado en la bahía de Besik, en el mar Egeo cerca de la Troya histórica, al norte de una cuidad griega llamada Aquileo. No obstante, la grandeza del héroe Aquiles permanece en la eternidad sin necesidad de un monumento que la conmemore. 

Bibliografía: 
Homero. Ilíada, Gredos, Madrid, 2010 
Homero. Odisea. Traducción y edición de Carlos Garcia Gual. Alianza, Madrid, 2007. 
Quinto de Esmirna. Posthoméricas. Gredos, Madrid, 2004.

Comentarios

  1. Buen aporte, amigo, esta son las cosas que uno debe ver en internet y no mirar porno ggg... Salu2

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  2. Excelente aporte, muy valioso para los amantes de la historia antigua y de sus mitos.

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  3. excelente información, felicitaciones

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