Grandes Hallazgos Arqueológicos I: Çatal Huyük (sur de Antolia, Turquía)
Excavaciones en Çatal Huyük.
El Neolítico alcanzará su mayor grado de madurez socio-económica en el Próximo Oriente, es lo que Gordon Childe llamó Revolución Neolítica, que actualmente se entiende como un cambio profundo que afecta a las relaciones entre el hombre y el medio, con un nuevo sistema de subsistencia económico basado en la consolidación de la agricultura y ganadería, y de las relaciones hombre-hombre, con el surgimiento de comunidades sedentarias, que tienen su fundamento en la fertilidad de la tierra. Estaríamos hablando de comunidades agro pastoriles, sedentarias, con producción de cerámica y piedra pulimentada. Esas primeras sociedades sedentarizadas aparecerán en el llamado Creciente Fértil oriental, en una zona que se extiende desde la costa mediterránea del Levante, los valles del Tigris y Eúfrates, hasta la cordillera de los Zagros en Irán. Entre esas aldeas neolíticas hay que destacar algunas como: Jericó en Israel, que destaca por su sistema defensivo avanzado con muralla antecedida de un foso. Tell Halula en Siria con casas rectangulares en las que aparecen hogares, hornos arcaicos adosados a la pared y silos de almacenaje del cereal bajo el suelo de las casas. Jarmo en Irak, o Cayonu en Anatolia, con características muy similares, estamos ante verdaderos poblados neolíticos de agricultores y ganadores con casas rectangulares pluricelulares, todas desarrolladas en un periodo comprendido entre el 7.500 al 6.000 a. C. Incluso con construcciones de gran tamaño que albergarían actividades colectivas, como moler el grano, dada la abundancia de molinos.
El Neolítico en el Creciente Fértil.
De entre todos esos asentamientos destaca Çatal Huyük, la aldea neolítica más grande conocida, que ocupa un total de 15 hectáreas, la que algunos han denominado primera cuidad de la Historia. Sería un día de 1961 cuando el arqueólogo ingles James Mellaart sacó a la luz los restos de está gran aldea en el sur de Anatolia, la actual Turquía. Su curioso urbanismo sería el primer paso para la posterior aparición de las ciudades a partir del IV-III milenio a.C., en Egipto y Mesopotamia. El joven Mellaart destacaba por su intuición, y junto a amplias dosis de fortuna le llevaron a realizar este asombroso descubrimiento. Mellaart se encontró con dos pequeñas elevaciones del terreno, los trabajos se inician de inmediato y desde el principio el joven arqueólogo se da cuenta de la importancia del hallazgo, ante las grandes cantidades de cerámicas encontradas. Entre los años 1962 y 1965 se descubren 15 niveles de ocupación de Çatal Huyük, parece que el yacimiento se ocupó sin interrupción desde 6.700 al 5.400 a. C. Destacando los niveles de ocupación del II al VIII en los que aparecen casas rectangulares pluricelulares, con habitaciones adosadas pared a pared, realizadas con ladrillos de adobe, con techumbre de vigas de madera y barro, con los suelos y paredes encaladas. Una especie de cinturón de casas adosadas que crean un curiosa estructura seudo-defensiva, ya que las casas no tienen ni puertas ni vanos. Sus paredes exteriores servían de protección, dejando en el centro un espacio comunal. Unas 140 viviendas constatadas con una singularidad excepcional, ya que a ellas se accedía a través del techo. De manera que, las casas estaban adosadas, sin callejones entre ellas, y sus habitantes se movían por los techos o terrazas superiores. Todas las casas estaban equipadas con plataformas de arcillas enyesadas, que hacían las veces de lecho, nichos en los muros, cerámicas para contener alimentos o silos para el cereal, hogares y hornos, para la manipulación de los alimentos.
Reconstrucción del interior de una de las casas de Çatal Huyük.
Además unas cuarenta casas destacan por albergar pinturas murales de motivos geométricos, junto a otros de animales y humanos, como escenas de caza, baile, rituales. E incluso aparecen bajo relieves de barro representando cabezas de sus animales totémicos, como el toro, o incluso figuras con rasgos femeninos relacionadas seguramente con la fertilidad de la tierra, de la que dependían. Según Mellaart esos espacios son estructuras simbólicas o santuarios, que parecen estar ligadas a la realización de ritos en honor a sus dioses. Además habría otras casas, más pequeñas, que Mellaart definió como capillas. Ambas relacionadas con a un clase sacerdotal estable con funciones rituales y productivas. Según el propio Mellaart los grandes santuarios servían para el culto público, y sólo eran habitados durante las grandes celebraciones, las capillas eran la residencia habitual de esos altos sacerdotes, y las casas normales estaban ocupadas por sacerdotes menores y el pueblo.
El culto al toro en Çatal Huyük.
Çatal Huyük debió tener una población máxima de unos 8.000 habitantes, y nos encontramos con una sociedad totalmente jerarquizada, con distribución de roles laborales. Existían campesinos, ganaderos, artesanos, constructores, sacerdotes, e incluso comerciantes. Una sociedad jerarquizada y especializada cuya cúspide social estaba ocupada por los sacerdotes. De manera que la hipótesis de Mellaart es que “la civilización neolítica de Çatal Huyük representa un nexo de unión entre los cazadores del Paleolítico Superior y el nuevo orden de productores de alimentos que resultará ser la base de nuestra propia civilización”. Desgraciadamente la historia de Çatal Huyük se termina en el 5.400 a. C., cuando es abandonada tras un gran incendio.
Plano de Çatal Huyük.
Çatal Huyük representa el paso de las economías depredadoras a las productoras, esto es, la consolidación de estas aldeas neolíticas va a desencadenar un proceso de complejidad cultural que con el tiempo cristaliza en las primeras ciudades. La llamada Revolución Neolítica genera importantes consecuencias que conducen a la Revolución urbana y al nacimiento de las sociedades estatales, las monarquías y los imperios. De poblados estables se pasa a ciudades y estructuras estatales articuladas sobre la subordinación unos sobre otros, con el gran invento de la escritura vinculada a la administración y al poder. Grandes imperios urbanos y estatales dirigidos por un reducido grupo de funcionarios y sacerdotes con una base socioeconómica de agricultores. En realidad, poco hemos avanzado desde el VI milenio a.C.
interesante conocer mas de la antiguedad y arqueologia me fasina
ResponderEliminarUna de las cunas de la civilización sin duda. Nunca había leido nada sobre este yacimiento qunque lo conocía, con tu entrada no me ha quedado ya ni la menor duda, con tu permiso la guardo también.Si te gusta esta época, te aconsejo encarecidamente este libro, uno de los mejores que he leido, novela histórica del neolítico : "El secreto de la Diosa" http://es.wikipedia.org/wiki/El_secreto_de_la_diosa
ResponderEliminarFabulosa entrada, un placer aprender tanto en tu blog.
No imaginaba el aspecto que podían tener y mucho menos la superficie y población (ocho mil habitantes son muchos) de esas primeras ciudades. Interesantísimo artículo. Un saludo cordial.
ResponderEliminarMil gracias Pedro por acercarte de nuevo a mi blog, por supuesto tienes mi permiso, para guardarte la entrada. Me apunto la novela que me recomiendas para leerla cuando tenga tiempo. Un saludo amigo
ResponderEliminarDesdelaterraza muchas gracias por tus palabras, me alegra que te haya resultado interesante mi entrada sobre Çatal Huyük y su curiosa cultura. Un cordial saludo
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