Grandes Iconos Universales VIII: La Creación de Adán, Bóveda Sixtina, Miguel Ángel, hacia 1511.
Adán, esperando recibir la chispa de la vida.
Escena de La Creación de la Adán completa, con los Ignudi en la parte superior.
Para tan arduo trabajo, que inicia en mayo de 1508, elige un tema bíblico pasado por el tamiz de su neoplatonismo, concretamente el Génesis, para ello divide la bóveda en nueve compartimentos. Y lo hace ideando una gran estructura arquitectónica pintaba inspirada en las formas reales de la bóveda, mediante una decoración arquitectónica de pilastras y entablamentos fingidos entre los que desarrolla las nueve escenas del Génesis, cada una rodeada por cuatro jóvenes desnudos (ignudi). En esta bóveda el dinamismo y el colosalismo de Miguel Ángel llegan a su plenitud, en lo colosal de los músculos tensos y en las dimensiones de las figuras, gigantes que se mueven con formidable impulso y carecen de suficiente espacio. Todo en una atmósfera que adquiere una sensación de angustia, es un mundo dramático, opuesto al equilibrio y optimismo del primer Renacimiento, preludia el Manierismo. Las escenas están dispuestas en la parte central de la bóveda, a saber: La embriaguez de Noé, El Diluvio, El sacrificio de Noe, Caída del Hombre, pecado original y expulsión del Paraíso, La Creación de Eva, La Creación de Adán, La Separación de las aguas y la tierra, La Creación de los astros y las plantas, Separación de la luz de la Oscuridad. Como podemos apreciar están dispuestas cronológicamente en orden inverso al Génesis. Entre ellas encontramos los sublimes Ignudi, medallones con pequeñas escenas del Antiguo Testamento, y en las pechinas cuatro escenas relacionadas con la salvación del pueblo de Israel. Además en espacios triangulares encontrados los profetas y las sibilas (sacerdotisas griegas), son figuras sentadas en estructuras grandiosas de mármol rodeadas de amorcillos. Todo el conjunto es de una belleza y dificultad sobrehumana, en el que la figura humana es la gran protagonista. Figuras en fondos arquitectónicos llenas de expresividad, vitalidad, de energía, que muestran sentimientos en busca de esa anhelada belleza ideal, que le lleva a humanizar la divinidad. para Vasari es “una realización personal que, entre las difíciles y bellas, es bellísima y dificilísima”.
Entre las nueve escenas del Génesis que Miguel Ángel “esculpió” en la bóveda sixtina destaca La Creación de Adán como la más sublime y bella. Se dice que pasaron dieciséis jornadas hasta que concluyó la escena, “jordanas” era como llamaba a la superficie que pintaba en un día. El escena representa el Génesis 1, 26-27 "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza..." Dios, tras haber creado la luz y el agua, el fuego y la tierra, a todos los animales y seres vivos, decide crear un ser similar a él, esto es, crearse de nuevo a sí mismo. Miguel Ángel elige para plasmar tan célebre momento su composición más clara y sencilla, y a la vez, bella y sublime.
Dos titánicas figuras: por un lado, Dios encarnado en un hombre anciano de barba blanca y cabellos largos, que está envuelto por una túnica púrpura, llega a tierra rodeado de querubines y bajo su brazo izquierdo una figura femenina, interpretada como Eva, que aún no había sido creada. Mientras su brazo derecho se estira, con una esbeltez inefable, con el fin de otorgar su divina energía o la chispa de la vida a Adán.
Y por otro lado, un Adán que está representado como un joven y hercúleo titán, una figura grandiosa, paciente y débil que espera acostado en tierra a que le sea insuflada vida. ya que su brazo izquierdo se encuentra en la misma posición y a la misma distancia que el brazo derecho de Dios. Estamos a ante una composición artística de belleza excepcional en la que se representa el dedo creador de la mano de Dios.
Dios rodeado por los querubines y Eva.
Adán recostado sobre la tierra.
Un gesto creador del Dios que se proyecta a través del contacto eléctrico de los dedos, estamos ante cenit de las formas humanas como expresión de vida y de belleza. Ya que el elemento central es el contacto entre los dedos del Creador y los de Adán, a través del cual se transmite el soplo de la vida. Un detalle genial que resume en sí mismo el misterio de la creación de la vida humana. Si nos fijamos en las manos y los dedos de Adán y de Dios, vemos como la mano del Creador es firme y poderosa, representa todo su poder y energía, mientras la mano de Adán se nos muestra decaída y débil, al estar falta de la vida que le entregará Dios. Miguel Ángel desata todo su genio con esta bella y conmovedora interpretación neoplatónica de la creación del hombre. Sólo los grandes genios como Miguel Ángel hacen de una imagen un auténtico icono universal patrimonio de la Humanidad, que ha marcado a todas las generaciones sucesivas, y cuya influencia en la Historia del Arte es absolutamente capital. Su belleza sin parangón la convierte en un icono universal que ha marcado la mirada del hombre desde el momento en que se pintó hasta nuestros días, ya que estamos ante la alegoría más bella, sugestiva y poética del origen del ser humano. Desde luego, cuando pensemos en una imagen que puede resumir o representar a la Humanidad siempre nos vendrá a la cabeza La Creación de Adán, y eso lo logró la genialidad de Miguel Ángel.
Bibliografía:
Rubiés, Pere. Los Grandes Maestros de la Pintura: Miguel Ángel. Barcelona, 2001.
Wölfflin, H. El arte clásico, una introducción al Renacimiento Italiano. Madrid, 1985.
Web:
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Magnífica entrada, que merece muchos comentarios; y la visita virtual una maravilla.
ResponderEliminarSaludos
Opino igual que el comentario anterior, así que me sumo. Una entrada, cuyos detalles pueden apreciarse mejor en la visita virtual. Lo de Eva, bajo su brazo izquierdo ¿puede tener algún significado, teniendo en cuenta el sentido negativo que en la época ( y después también ) se daba a todo lo que se colocaba en ese lado?
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Selegna por tu comentario, y si la verdad es que la visita virtual es impresionante, te deja sin palabras. Respecto a Eva es muy posible que este colocada a la izquierda (o siniestra) de Dios de forma intencionada. Un cordial saludo y, de nuevo, gracias.
Eliminarque buena entrada y buena informacion las imagenes estan grandiosas
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