Grandes Iconos Universales XX: La Balsa de la Medusa, Théodore Géricault, 1819.
De nuevo nos sumergidos en la primera mitad del siglo XIX, un siglo convulso en lo político y romántico en lo artístico, momento de revoluciones y de un nuevo estilo artístico, el romanticismo. Marcado por la intensidad, el dramatismo, la pasión, el movimiento exótico y los contrastes violentos y lumínicos, que alcanzan su culmen en La Balsa de la Medusa del maestro romántico francés Théodore Géricault . Un autor que crea una monumental obra alejada de cualquier paradigma académico, llevando al extremo el ideario romántico de libertad absoluta en la creación, y extrayendo belleza del horror. Géricault utiliza para este monumental óleo (491 cm x 717 cm) la inspiración de un hecho real, una gran tragedia. En concreto el naufragio acaecido en julio de 1816 cuando la célebre fragata Medusa de la marina francesa encalló en la costa de África occidental, en la actual Mauritania. Quedando a merced del mar a unos 147 marineros, que estuvieron a la deriva durante 13 días en una balsa mal ...