Grandes Hallazgos Arqueológicos III: Petra, la bella capital de los nabateos.
Final del Siq y la primera e impresionante vista del Khazneh al-Faroun.
El relato de este gran hallazgo comienza a inicios del siglo XIX, nuestro protagonista, el joven explorador suizo, Johann Ludwig Burckhardt fue requerido por la African Associaton, una organización británica, fundada en Londres en junio de 1778, y que estaba dedicada a la exploración de África Occidental, para realizar una expedición de exploración de zonas aún desconocidas del occidente del continente africano. Burckhardt era consciente de que los exploradores no eran bien recibidos en lo que era, en esos momentos, el gran Imperio Otomano, antes Próximo Oriente, por lo que decidió estudiar a fondo la cultura musulmana y la lengua árabe. Una preparación que facilitará su expedición, estudia árabe en Cambridge y durante años viajó sólo por los territorios próximo-orientales haciéndose pasar por árabe y viviendo como un beduino del desierto. Cuando se sitió totalmente mimetizado con el entorno musulmán, incluso tomó el nombre de Ibrahim Ibn Abdalla, marchó a Egipto para comenzar su mencionada expedición. Una exploración que pronto le lleva a Jordania, donde conoce la historia de una extraña y antigua urbe oculta entre abruptas montañas y desfiladeros. El lugar estaba en una zona controlada por tribus beduinas muy hostiles, por lo que Burckhardt ideó un astuto plan para poder explorar la zona. Se hizo pasar por un creyente que quería honrar, con un sacrificio animal, al profeta Aaron, el hermano de Moises, cuya tumba estaba en las cercanías del lugar a explorar. Burckhardt consigue de esta manera que su presencia no sea mal vista por las tribus, para las que nuestro audaz explorador era un tal Ibrahim Ibn Abdalla, que junto con la ayuda de un guía beduino se puso a la tarea de localizar Petra.
Johann Ludwig Burckhardt
El descubrimiento no se hizo esperar, pronto tras recorrer un estrecho desfiladero, llamado del Siq, cuyas paredes se alzaban imponentes con sus más de cien metros, llegaron al lugar donde ese desfiladero se abría de forma repentina y ante ellos descubrieron una gran fachada monumental esculpida en la roca viva. Estaban ante el gran tesoro de Petra, el llamado por las tribus de la zona Khazneh al-Faroun, y Burckhardt quedó absolutamente maravillado ante tal magna construcción, la cuál recorrió con detenimiento, todos recordamos esa célebre escena de Indiana Jones. Para los lugareños el templo fue construido a una especie de mago, al que llamaban faraón. Tras salir del gran templo Burckhardt continuó la exploración y fue descubriendo grandes tumbas de piedra intactas, columnas, pavimentos de las calles e incluso un gran teatro también excavado en la roca.
Vista área del Tesoro del Faraón.
Estaba ante una gran cuidad abandonada, nuestro sagaz amigo estaba muy emocionado, pero sabía que tenía que disimular y continuar hasta la montaña de Aaron y realizar el falso sacrificio, ya que de lo contrario el beduino que el acompañaba se hubiera dado cuenta de que era un infiel caza-tesoros y le habría dado muerte. Una vez hizo el sacrificio y regreso a lugar seguro, el 22 de agosto de 1812, Burckhardt interpretó con acierto que las ruinas que había explorado eran las de la antigua cuidad de Petra, y así lo consigno en su diario. Pronto la noticia de tal magno hallazgo llegó a Europa y fueron muchos los valientes románticos que deciden marchar a conocerla, sin preocuparles los peligros que podían correr, guiados por la fascinación que el desconocido mundo oriental generaba en los europeos. Muchos otros exploraron Petra, como David Roberts, y nos dejaron sus ilustraciones, mapas y diarios que permiten conocer como estaba Petra en el momento de su descubrimiento.
Ilustración de Monasterio de Petra, David Roberts.
Mapa de las rutas caravaneras del Próximo Oriente y Arabia.
Plano esquemático de Petra.
De manera que, Petra es una de las ciudades caravaneras más importantes de Oriente en el siglo I a. C., además de la gran capital de un reino nabateo considerable, que se extendía por el noroeste de la península arábica hasta el sur del Mar Muerto en Jordania. Un reino que incluso se expansionó en ese siglo I a. C., parece confirmado que el 87 a. C., bajo el mandato del rey Aretas III, el reino nabateo se extiende hasta Damasco. Sin embargo, poco se mantuvo esa expansión ante el poder romano, que con Pompeyo a la cabeza, acaba con los reinos de la zona, judío y seléucida incluyéndolos en la nueva provincia de Siria. Petra, atacada por el legado Escauro, resiste las sucesivas acometidas romanas y se mantiene autónoma hasta, nada menos, que el 106 d. C. Año en el que asistimos al fin del reino nabateo, ya que tras la muerte de su último rey Rabel II, Trajano anexiona Petra al imperio romano, pasando a denominarse la provincia de Arabía Pétrea, con capital en Bosra, en la actual Siria. Desde entonces en Petra van a dejar su importa muchas culturas, primero los romanos hasta inicios siglo IV d. C., siglo en el que con Diocleciano hay una nueva reorganización administrativa en la que Petra se convierte en capital de una nueva provincia Palestina Tertia. Poco después va a penetrar el cristianismo en Petra, en el 330 d. C. el emperador Constantino I creó el Imperio Romano de oriente, con su capital en Constantinopla, y Petra pasó a ser parte de dicho Imperio Bizantino. Muchas de sus famosas tumbas rupestres y monumentos se convierten ahora en iglesias, como el ed-Dier reconvertido en monasterio. Petra es bizantina hasta el 636, año de la famosa batalla de Yarmuk, que significa la conquista musulmana de la zona, Petra pasa a denominarse Valle de Moises o Wadi Musa, y ya es una población de mucha menos enjundia hasta el siglo XII. Momento el que, tras la victoria de Saladino contra los cruzados, Petra queda abandonada, y en la Edad Media ya sólo quedan sus suntuosas ruinas, esperando a ser descubiertas por Burckhardt.
Unas ruinas que atestiguan que el reino nabateo y su capital Petra se mantuvieron desde el siglo IV a. C. hasta el siglo I d. C, como gran centro comercial marcado por las constantes influencias externas, primero griegas y luego romanas, algo que podemos apreciar en su inusitada arquitectura. Y alcanzó su esplendor en el siglo I a. C., con el mencionado Aretas III, época de la data el inicio de sus grandes y rocosas construcciones. Como el Tesoro del faraón o Khazneh al-Faroun que clara influencia helenística, al que llegamos tras recorrer el angosto desfiladero del Siq, que en zonas sólo tiene dos metros de ancho. Tras ese desfiladero, de improviso, nos encontramos con su imponente fachada en dos niveles y 40 metros de altura totalmente excavada, más bien esculpida, en la roca. Cuenta con un extraordinario frontón y columnas de estilo helenístico, además de relieves que parecen representar a los Dioscuros, Castor y Polux, lógicamente los arquitectos eran de origen heleno. Tras la gran entrada monumental nos encontramos una sala de 12 metros cuadrados, con una especie de hueco u altar central para los sacrificios a los dioses nabateos. Mencionar también el Qas al-Bint, o principal santuario de Petra, también del siglo I a. C., y que está dedicado al dios principal del panteón nabateo, Dushara o señor de las montañas. Es sorprendente ya que estamos ante la única construcción nabatea totalmente exenta, esto es, no excavada en la roca, y cuenta con muros de más de 20 metros de altura.
El Ed-Deir y su gloriosa fachada.
Las célebres Tumbas Reales.
El teatro de Petra.
La vía columnada o Decumano romano.
Templo de los Leones Alados.
En definitiva, una extraordinaria urbe y una maravilla de la antigüedad, que como no podía ser de otra manera, desde el año 2007 forma parte de las 7 maravillas del mundo moderno. Por su magnificencia y sus espectaculares templos, tumbas y casas pétreas que los nabateos construyeron. Otro ejemplo del nivel de desarrollo nabateo, junto con la arquitectura, es que contaban con su propio sistema de escritura. Una escritura que conocemos gracias a miles inscripciones funerarias, pero es muy lógico que Petra contará con un archivo para consignar las transacciones comerciales de este importante centro caravanero, pero nada de ello se ha encontrado aún. Según la propia Blánquez Pérez “el ochenta por ciento de Petra aún permanece oculto bajo la arena”, y sólo la arqueología podrá desvelar todos los secretos de este fascinante reino, del que sólo conocemos su superficie en forma de sus extraordinarias construcciones rupestres.
Bibliografía:
C. Blánquez Pérez. Petra, la ciudad de los nabateos. Madrid, 2001.
Historia National Geographic. Petra, la gran capital de los nabateos. Nº 62.
Documental:
Antiguas civilizaciones: Petra y el Reino de los Nabateos. National Geographic, 2010.
Soberbio post, Pedro, con toda la historia arqueológica de esta ciudad jordana, donde se conservan algunas de las más imponentes tumbas o hipogeos de la antigüedad. Aprovecho para desearte lo mejor en estas fiestas y un año nuevo cargado de salud, de tranquilidad y de mucha creatividad. Un fuerte abrazo desde ArteTorreherberos.
ResponderEliminarMil gracias Paco por tus palabras y por pasarte por Mundo de Babel. Me alegro que hayas disfrutado con este acercamiento a uno de los lugares más impresionantes del mundo, como dices por sus tumbas y templos. Igualmente te deseo felices fiestas y mis mejores deseos para el 2012. Otro abrazo
ResponderEliminarHola, Pedro, no te he escrito durante este tiempo porque al ver que no habías vuelto a colgar nada, creía que estarías fuera. Estoy esperando tu lista de los mejores discos de 2011... Feliz Año Nuevo, amigo, aunque sea también con un par de días de retraso. Por cierto, pásate por los cines a ver "Drive", ya que creo que te va a gustar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Ricardo es que estas Navidades entre unas cosas y otras no he sacado tiempo para poner a escribir nada con algo de criterio jeje. La lista estará preparada para la semana que viene, pero faltaba la crítica de Nightwish, que hasta que no lo he tenido original y lo he escuchado lo suficiente no la había colgado, por cierto acabo de publicarla.
ResponderEliminarGracias por la recomendación ya la conocía, lo que no sabía es que la tenían ya en los cines, iré la verla y ya te cuento. Otro abrazo y hablamos
Pedro, me encantó tu post de Petra. Sé que es de finales del 2011, pero estuve recorriendo un poco tu blog y me encantó descubrir en particular esta nota. Estuve en Petra en abril del 2012 y me emocionó muchísimo ir descubriendo cada uno de sus tesoros. Me fascinaba antes de viajar y me enamoré todavía más de ella al transitar maravillada su desfiladero y el parque arqueológico. Gracias por la información que aportas y que me permite revivir de nuevo mi experiencia en Petra. Un saludo grande. Malala.
ResponderEliminarMuchas gracias Malala por pasarte por mi Mundo de Babel y por tus palabras. Petra es que tiene un encanto especial, eres una afortunada por haber podido visitarla, yo aún no he tenido la suerte, aunque espero poder ir algún día. Me alegra que mi entrada te haya hecho recordar las maravillas y los tesoros de Petra. De nuevo, muchas gracias, otro cordial saludo.
EliminarGRACIAS POR LA INFORMACION REALMENTE QUUERIA SABER MAS SOBRE PETRA Y AQUI ME ILUSTRE UN MONTON ES MARAVILLOSO AKLGUN DIA ME ENCNTARIA CONOCERLO
ResponderEliminarAcabo de flipar con Petra.... que maravilla!!!! Tengo que ir algún día
ResponderEliminarNormal que te guste, es uno de mis primeros destinos en cuanto pueda.
EliminarGracias por comentar Sol. un abrazo fuerte
Da gusto aprender historia leyéndote. Como siempre interesante, amena y adictiva. Buen trabajo Pedro, sigue así.
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