Personajes singulares de la Historia XIII: ingenioso Cervantes. 2ª Parte.
Proseguimos en el año 1587, el trabajo de recaudador va a generar muchos problemas al bueno de Cervantes, no obstante, el mundo andaluz ejerce una gran fascinación sobre él. Una experiencia vital andaluza que se plasma y enriquece algunas de sus obras, como las Novelas ejemplares. Un oficio recaudatorio que aún mantiene en el verano de 1594, año en el que recibe un nuevo encargo para recaudar dos millones y medio de maravedís por toda la zona Granada. Es entonces cuando Cervantes es acusado de malversar fondos públicos, siendo encarcelado en 1597 en la Real Cárcel de Sevilla, otra más de sus desdichadas aventuras, que marcan su vida y su obra. En la cárcel conoce y se empapa del mundo de la delincuencia y la picaresca, de los que estaban al margen de la sociedad y se regían por sus propias reglas. Luego estuvo en la cárcel de Castro del Río, entre ambos presididos a Cervantes le dio tiempo a dar forma, al menos en su cabeza, al Quijote, como alude en su prologo: “...antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación...” La fecha de su salida de la cárcel no está documentada, pero es seguro que en el año 1600 abandona Andalucía. Y tras un breve paso por Toledo, nos encontramos a Cervantes en 1604 en Valladolid, la nueva sede la corona con Felipe III.
Casa de Cervantes en Valladolid.
En Valladolid Cervantes recupera a su antiguo editor, un tal Francisco de Robles, y publica la primera parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha a finales de diciembre de 1604. Rápidamente se convierte en un rotundo éxito en toda la península, Sancho y Quijote se convierten en el centro de fiestas y cortejos. El Quijote es puro realismo novelado, Cervantes con su genial estilo, mezcla de épica y lirismo, logra combinar todos los géneros y dar forma a la novela moderna. Una novela que une lo trágico y lo cómico, al ser fiel reflejo de esa sociedad española de principios del siglo XVII marcada por la llamada crisis finisecular de la Monarquía hispánica. El llamado por Pierre Vilar “tiempo del Quijote”, según Vilar "...este libro "universal", este "eterno", sigue siendo antes que nada un libro español de 1605, que no cobra todo su sentido más que en el corazón de la historia”. La gran novela de Cervantes es un tremendo estudio de la conciencia de la sociedad de principios del XVII y de la crisis definitiva del poderío español con Felipe III. “El tiempo del Quijote” es una época de duelos nocturnos, de marginación, de minorías que vivían en una sociedad al margen de lo establecido, de mendigos y pícaros, todo ello en medio de una tremenda crisis y bancarrota de la España de los Austrias, ya menores. Y en esas estaba Cervantes cuando se ve envuelto en otra de sus extrañas aventuras, al dar cobijo a un hombre herido en uno de esos duelos nocturnos, un tal Gaspar de Ezpeleta, que fallece en la casa de Cervantes. Un hecho que lleva de nuevo a Miguel a presidio por un corto espacio de tiempo.
Portada del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Cervantes regresa a Madrid, del mismo modo que lo hace la corte de Felipe III, y va a residir en la calle León, dentro del llamado “barrio de las musas”, donde también vivieron Quevedo o Lope de Vega, dedicándose a escribir gracias a su mecenas el Conde de Lemos. Curiosamente en 1609 entra a formar parte Congregación de los Esclavos del Santísimo Sacramento, una estricta congregación católica, algo que parece entrar en contradicción con el tono burlón e irónico hacia la Iglesia que Cervantes plasma en su Quijote. Parece ser que Cervantes encuentra su propia espiritualidad y humanismo, a la manera de Erasmo, ya que Cervantes critica las supersticiones y abusos de la Iglesia, pero a la vez quiere unir su fe con sus letras. Además hay que tener en cuenta que dicha congregación era una gran academia de literatura a la que acudían, para buscar la inspiración, otros grandes como Quevedo. Cervantes se centra en su literatura y en su humanismo, en estos años da forma definitiva a sus doce Novelas Ejemplares, que había iniciado en su etapa andaluza. Unas novelas llenas de alusiones a su vida en la corte y en Andalucía, y también a la creciente hostilidad contra una de las minorías de esa sociedad en crisis, los moriscos, que son expulsados finalmente en 1609. Es claro que Cervantes es un hombre de su tiempo, logrando plasmar de forma sublime la sociedad de su época, y toda su obra está marcada por sus agitadas experiencias vitales. Las Novelas Ejemplares son magníficas y en ellas Cervantes consigue combinar, de forma sublime, distintos géneros, la sátira, la novela picaresca, la novela bizantina. Un año después de las Novelas, en 1614, publicó su famoso Viaje al Parnaso, en el que hace una magistral incursión en la poesía. Se trata de todo un viaje alegórico en el que Cervantes rinde homenaje a los grandes poetas españoles. Una vez más, Cervantes llena la obra de alusiones a su vida “Yo, que siempre trabajo y me desvelo... por parecer que tengo de poeta... la gracia que no quiso darme el cielo...”. Una prueba más de que la obra de Cervantes es fruto de la realidad de su aventurera vida y de su portentosa imaginación y talento.
Estatua de Cervantes en la Biblioteca Nacional.
Al tiempo que se dedica al teatro, otra de sus pasiones, en un momento en el que Lope de Vega, con su inusitada fecundidad teatral, tenía copado al público de los corrales de comedias. El teatro de Cervantes va a ser rechazado por los profesionales del gremio, de manera que, ante la imposibilidad de representar sus comedias, Cervantes toma una inesperada y novedosa decisión, publicarlas. En septiembre de 1615 se ponen a la venta sus extraordinarias Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados, un titulo que era toda una declaración de intenciones. Además decide terminar la segunda parte de su Quijote, pero ocurre otro curioso hecho. En 1614 aparece la segunda parte, pero no de Cervantes, sino de un tal Alonso Fernández de Avellaneda, que era sólo un seudónimo detrás del cual aún hoy está un desconocido escritor. Para algunos investigadores detrás de todo estaría Lope de Vega, que pudo ordenar la elaboración de este falso Quijote, para lastrar la carrera de Cervantes. Incluso algunos piensan que el propio Lope escribió el prólogo, en el que invitaba a Cervantes a tener mayor modestia y le acusaba de tener "más lengua que manos". Cervantes contestó con la Segunda Parte del Ingenioso Caballero Don Quijote de la Mancha, publicada en 1615, y lo hizo a su manera, con las letras. Ya que hace que Don Quijote llegue a hojear el falso Quijote de Avellaneda, haciendo ver a todos quien era el verdadero Quijote. Así Cervantes completaba su gran obra, una obra que le encumbra como uno de los más grandes escritores de la literatura universal, aumentando su fama y éxito más allá de los Pirineos.
Momento en el que nos encontramos a un Cervantes al final de su vida, unos años que dedica a la creación de su última obra, Los trabajos de Persiles y Segismunda. Una obra que termina cuatro días antes de su muerte y que fue publicada por su editor habitual, Juan de Villarroel, en enero de 1617, un año después de la muerte de Cervantes. El Persiles es una novela al estilo bizantino que está dedica al Conde de Lemos, con estas palabras “Puesto ya el pie en el estribo, con ansias de la muerte, gran señor, esta te escribo...”. Una obra póstuma que refleja su infinita imaginación y su extraordinaria mezcla de realismo y fantasía con la que anticipa el llamado realismo mágico. El Persiles, lógicamente, le sirve como despedida “...mi vida se va acabando y al paso de las efemérides de mis pulsos, que, a más tardar, acabarán su carrera este domingo, acabaré yo la de mi vida (...). Adiós gracias; adiós donaires; adiós, regocijados amigos: que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida....”. Con esas palabras se despide nuestro ingenioso escritor, para morir finalmente el 22 de abril de 1617. Dejando atrás su maravillosa vida y obra, fiel reflejo de que estamos ante un mito, uno de los personajes más grandes de la historia. Uno de esos grandes hombres cuya figura resume por si misma toda una gran época, y de los que el mundo actual parece adolecer.
Bibliografía:
Jean Canavaggio. Cervantes. Espasa-Calpe. 2003.
Manuel Fernández Álvarez. Cervantes visto por un historiador. Espasa-Calpe. 2005.
Bibliografía:
Jean Canavaggio. Cervantes. Espasa-Calpe. 2003.
Manuel Fernández Álvarez. Cervantes visto por un historiador. Espasa-Calpe. 2005.
Muy completa entrada, amigo Pedro. He disfrutado mucho con tu "díptico" dedicado a Cervantes. ¿El próximo será Shakespeare? :).
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Ricardo, me alegra que hayas disfrutado con humilde acercamiento al genio de Cervantes. Acepto de nuevo tu recomendación e iré preparando algo sobre Shakespeare, aunque su figura me es más desconocida que la de Cervantes. Un gran abrazo amigo.
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