Pasajes de la Historia VIII: Don Rodrigo y el fin de los Visigodos.


Don Rodrigo fue el último rey de los visigodos, su escueto reinado (de apenas un año) fue truncado por las intrigas de sus rivales y por una invasión musulmana facilitada por la división interna del reino visigodo. El reinado de Don Rodrigo pone fin a dos largos siglos de dominio visigodo de la antigua provincia romana de Hispania, dos siglos de dominio finiquitados por la famosa batalla de Guadalete en el 711, una derrota que abre las puertas de Hispania a los musulmanes. No obstante, la monarquía visigoda estaba enferma desde mucho antes, ya que la nobleza era cada vez más poderosa y los reyes debían asegurarse el apoyo de esa aristocracia, en virtud de esto la nobleza era destinataria de numerosos privilegios. Al mismo tiempo la monarquía visigoda era electiva, los reyes debían ser elegidos por una asamblea de nobles, una especie de primus inter paris. Pero los reyes más poderosos acabaron por convertirla en una monarquía hereditaria, para asegurar el traspaso del poder a sus descendientes. De manera que cada sucesión al trono se convertía en un cúmulo de conjuras e intrigas. Lo que se traducía en una constante situación de inestabilidad política, con una institución monárquica totalmente devaluada. Don Rodrigo fue una victima más de esas luchas por el trono cuando en el año 710 muere el rey Witiza. Siendo designado sucesor por la asamblea de nobles Roderico o Rodrigo, de la familia del célebre Chindasvinto. Sin embargo, los descendientes de Witiza abogaban por la sucesión hereditaria, ya consolidada, en la figura de Akhila II. La sucesión fue muy conflictiva, pero finalmente se retornó al sistema legítimo de sucesión electiva. La falta de consenso hace que el breve reinado de Rodrigo este lleno de graves dificultades, además de no contar con el apoyo de los obispos de las diócesis de Hispania, partidarios de la continuidad del clan de Witiza.

La Hispania visigoda en el año 700.

Según las crónicas y los romances medievales, un tal Don Julián, gobernador de Ceuta y partidario de Witiza, pidió ayuda a los musulmanes del norte de África para derrotar a Don Rodrigo. Don Julían, cuya autenticidad histórica deja bastantes dudas, facilitó la entrada en la Hispania visigoda del, por aquel entonces, temible imperio islámico. En esta historia se mezcla la leyenda y la realidad, sin embargo lo que es seguro es que el 27 de abril de 711 el ejército musulmán se interna a la península al mando de Tariq, y su teniente Musa. Un gran contingente bereber, unos siete mil al mando de Tariq y otros cinco mil con Musa, entra en la península con la idea inicial de saquear y obtener un gran botín. Mientras tanto Don Rodrigo estaba en plena guerra civil, a la que se unía la presión de los vascones. La invasión sorprende a Rodrigo en su campaña del norte, en el momento en que estaba sitiando Pamplona. De manera que, ante las noticias de la invasión, Rodrigo debe marchar hacía el sur, y lo hace sin poder reunir a efectivos suficientes para enfrentar al mayor imperio del momento. El choque de ambos ejércitos se produce en el río Guadalete. Dando nombre a una célebre batalla, que se saldó con una derrota visigoda sin paliativos. Una derrota ayudada por la comentada división interna de los visigodos, a causa de las intrigas sucesorias. Una de la razones de la derrota es la inhibición de los partidarios del clan de Witiza en la batalla, estos eran los encargados de defender los flancos y se retiran dejando a merced de los islámicos a Rodrigo y los suyos. El rey muere durante la cruenta batalla y la provincia romana de Hispania queda a expensas de una rápida e incontestable ocupación musulmana. No obstante, Akhila, el rival de Rodrigo, se mantuvo como rey de la Tarraconense y Narbona hasta el 713, un hecho confirmado por las monedas que acuñó. Lo que es seguro es que el desastre visigodo fue absoluto, en gran parte provocado por la pérdida de importancia de la institución monárquica visigoda.

Chindasvinto, Recesvinto y Égica, según Códice Albeldense o Vigilano.

En el 712 la monarquía visigoda estaba muerta, momento en el que Muza ocupa Toledo y Zaragoza, las dos grandes plazas que aseguraban el dominio islámico de la península. Se trata de una conquista muy rápida y sin apenas oposición, estamos en un momento en el que la civilización islámica estaba más evolucionada que la occidental. En un par de años se invade la península y como señala García de Cortazar…en Hispania pocos lamentaron la muerte de poder godo a manos del conquistador; para las clases desfavorecidas el cambio de patronos fue una auténtica liberación. La presión fiscal se atenuó y a nadie se le obligo a abjurar de su credo en homenaje al nuevo señor…”. En definitiva, el fin de los visigodos, con la caída de su último rey, Rodrigo, es la crónica de una muerte anunciada desde mucho tiempo atrás, en gran medida por el desprestigio de la monarquía visigoda. Y además supone abrir una nueva etapa de nuestra historia marcada por la dominación musulmana y el avance repoblador, lento y progresivo, de los cristianos.

Comentarios

  1. Muy buen artículo, Don Pedro. A ver para cuando nos dejas alguna reseña rockera, que hace mucho que no te leo ninguna. Saludos!!!

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  2. Gracias Ricardo. De rock poca cosa, lo próximo será la lista de lo mejor del año. Ahora la cosa está floja por ser final de año. Oye mi más sincera enhorabuena por tu blog, eres un crack me dejas sin palabras.

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  3. Apasionante el relato del final de los visigodos en España. Lo más sorprendente es lo rápido que conquitaron los musulmanes la Península, apenas 14 años, y lo que costó recuperar el terreno perdido, unos 800 años.
    Gracias por la entrada amigo Pedro.

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  4. Feliz Navidad amigo :-)

    Recibe un cordial saludo.

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  5. Hola, Pedro
    Estaba esperando otra entrada para felicitarte el año, pero como veo que no llega, lo hago desde aquí: Feliz 2011!!! Un saludo.

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