EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON
Dentro de esa fantasía desbordante destaca ese anciano que siempre le cuenta como le han caído siete rayos, cada uno en extrañas circunstancias. Y como se destila la idea de que cada uno forja su propia vida, que si no te agrada puedes cambiarla.
Además es una magnifica historia de amor imposible, pero no la típica historia. Un anciano que se enamora de una niña, que realmente tienen la misma edad. Y habrá de pasar mucho tiempo, hasta Benjamín y Daisy, una excepcional Cate Blanchett, se reencuentren en un punto intermedio de su particular evolución vital, que posibilite su amor. Pero el tiempo no perdona y ese distinto periplo vital de ambos los acabará separando, en una triste y conmovedora historia totalmente fuera de lo común. Algunos podrían decir que es la historia de un hombre de nace feo, y se convierte en Brad Pitt, incluso hay una escena donde Daisy le dice a Benjamín “mírate: eres perfecto”. No es tan simple, es el paso de la imperfección inicial a la perfección de la juventud.
Estamos ante una película formalmente y estilísticamente perfecta, no obstante es mucho más al ser una ambiciosa reflexión sobre el inexorable paso del tiempo. Un cuento genial, todo encanto y ternura, magníficamente dirigido por Fincher, gran conocedor de los miedos y los defectos humanos (analizando el más destacado, nuestra mortalidad). Es un magnifico ejercicio de dirección y de cómo contar una historia irreal en términos de realidad y naturalidad. Un realismo antinatural, que la convierten en una obra maestra del cine, sólo su excesiva duración puede restarle algo de su inenarrable grandeza.
La ví el otro día en el cine y no me conquistó. No me gusta la forma de contar la historia a través del diario y la viejecita (tipo Titanic) y creo que la estira innecesariamente. Eso sí, la idea y Brad Pitt me encantan.
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