Personajes singulares de la Historia XV: Giacomo Casanova.
En el año 1725 nace en Venecia el famoso aventurero, filósofo y escritor Giacomo Girolamo Casanova, que pasará a la posteridad por sus innumerables conquistas y relaciones amorosas. Unas aventuras que conocemos a la perfección gracias a su célebre obra autobiográfica, la Historia de mi Vida o Histoire de ma vie, un fiel retrato de sus aventuras, viajes y devaneos amorosos. Una obra que Casanova, uno de los hombres más cultos de su época, escribe en francés según sus propias palabras: “he escrito en francés, y no en italiano porque la lengua francesa está más extendida que la mía”. Hijo de comediantes, pronto demuestra su capacidad intelectual y a los trece años acaba sus estudios de Derecho en la Universidad de Padua. Una carrera meteórica que le lleva a servir al Cardenal Acquaviva, embajador español en Roma. Estamos ante un gran intelectual de su época, domina el francés y desarrolla un gran interés por la ciencia, la química y la medicina. Además era una gran violinista y tenía una especial habilidad en el manejo de la espada.
Sus obras, como la Demostración geométrica de la duplicación del cubo, nos hablan de su extraordinario conocimiento de las ciencias, que curiosamente combinaba por su gusto por la magia y las ciencias ocultas. Unos conocimientos autodidactas que le sirven para urdir sus famosos timos, se valía de su inteligencia superior para prosperar en la vida, utilizando algunas veces una metodología poco lícita. Él mismo reconoce en su autobiografía “no pretendo contarme entre los hombres honrados”. Mencionar que logró convencer a la marquesa d’Urfe de París que podía trasladar su alma al cuerpo de un recién nacido. Su sagacidad e inteligencia le hacen célebre por sus conquistas amorosas y le abren las puertas de los círculos de intelectuales de todos los países que visitó, de esa manera se relacionó con grandes de su época, como los enciclopedistas Diderot y D’Alembert. Desde 1753 paso a formar parte de la masonería francesa, su espíritu aventurero y soñador le lleva a visitar a Voltaire. Con quien no llegó a entablar una amistad profunda por sus diferencias de gusto literario y de pensamiento político, esto es, Voltaire era demasiado idealista para Casanova.
Retrato de Casanova realizado por su hermano Francesco.
Retrato de Casanova por Anton Raphael Mengs.
Curiosamente, también se cruzó en su camino el mismísimo Benjamin Franklin, con quien trabó amistad en la Academia de las Ciencias de París, donde el político y científico estadounidense hablaba sobre la posibilidad real de los viajes en globo. Y es que Casanova era un visionario soñador, en sus escritos llegó a relatar un viaje al centro de la tierra, anterior al de Julio Verne. Casanova tuvo muchas amantes, pero también tuvo tiempo para trabar amistad con otros grandes intelectuales, como el cantante de opera Farinelli, el arquitecto Sabatini, o el famoso anticuario y pionero de la Arqueología Johan Winckelmann. Su vida está llena de grandes aventuras por toda Italia y Europa, junto con muchos escarceos amorosos que le llevan a ser encarcelado en varias ocasiones. En 1755 es arrestado en Venecia, siendo encerrado en la prisión de los Plomos del Palacio Ducal, bajo acusación de llevar una vida disoluta y realizar practicar oculistas, de la que consigue escapar de forma azarosa en 1756 ayudado por un monje que conoce en prisión. Tras esa aventura, Casanova recibe la Cruz de la Espuela de Oro que le concede el Papa Clemente XIII por su generosa donación de obras a la Biblioteca Pontificia. Le da tiempo a conocer a Catalina la Grande en San Petersburgo. Además de recorrer España entre 1767 y 1769, en Madrid admira las obras de saneamiento llevabas a cabo por Sabatini. Y en 1768 Casanova se encuentra en Barcelona donde es encarcelado por mantener una relación amorosa con la esposa de un Capitán General. Posteriormente, viaja por Italia, en donde continúa con sus escarceos amorosos y visita a su hija, Leonilda en Nápoles, fruto de una de sus muchas aventuras.
Palacio Ducal de Venecia, en su prisión estuvo encarcelado Casanova.
En 1770 logra ingresar en la Academia de la Arcadia, una importante institución humanística formada por grandes artistas y mecenas, cuya sede estaba en el Panteón de Roma. En 1771 se decanta por escribir una obra llamada Lana Caprina, que cuenta las divagaciones de dos profesores universitarios sobre si la capacidad de razonamiento de las mujeres está afectada por el útero, y además llega a traducir La Ilíada de Homero. En 1772 Casanova reside en Trieste donde se dedica a la literatura, compone poemas y comedias, y da forma a su gran obra en siete volúmenes, la Historia de las turbulencias de Polonia. De esa época tenemos un escrito de informante dirigido a la Inquisición de Venecia que describía a Casanova de la siguiente manera: “Va y viene a todas partes, con una cara franca y la cabeza en alto, bien vestido… Es un hombre de unos 40 años como máximo, buen mozo de aspecto saludable y vigoroso, de piel muy morena y ojos vivaces. Lleva una peluca corta de color castaño. Por lo que me han contado, tiene un carácter descarado y despectivo; pero, sobre todo, tiene mucha labia y, por consiguiente, es ingenioso e instruido…”. Con todas esas cualidades no es de extrañar que Casanova logrará seducir mujeres, trabar amistad con intelectuales notables o embelesar a reyes y princesas. Su fama de mujeriego y libertino no le impide realizar una gran producción literaria con 24 obras a sus espaldas. Lo que demuestra que su vida no sólo estaba centrada en dar placer a los sentidos, según sus propias palabras era también muy importante educar y desplegar su notable intelecto.
Casanova en 1788.
Para muchos, al contrario de lo que se piensa, la vida de Casanova no llega a la perversión de su contemporáneo Marques de Sade o a los excesos de Don Juan. Se han calculado unas 130 mujeres con las que mantuvo relaciones sexuales entre 1735 y 1774. Y teniendo en cuenta la libertina consideración de la sexualidad en el siglo XVIII, tampoco es una cifra demasiado elevada. No obstante, fue un gran pícaro y seductor, pero es curioso que se preocupaba por el bienestar de cada una de sus amantes, jamás forzó a ninguna. Y, por supuesto, como cualquier otro hombre estuvo enamorado y a punto de casarse en varias ocasiones. Como con Henriette, con la que estuvo nueve meses relacionado, o con Manon Balleti, hija de una actriz de comedia italiana, que llegó a estar comprometida con Casanova. Gran parte de su vida la conocemos gracias a sus memorias o Historia de mi vida, y hay que decir que los pasajes más perversos y obscenos se deben a la pluma de Jean Laforque, traductor de la primera edición alemana de 1821. De manera que, mucha de su fama de libertino no es del todo merecida.
Retrato de Manon Balleti, una de sus amantes.
En los últimos años de su vida, hacia 1785, Casanova estaba ya cansado de su azarosa vida y en la miseria, por lo que buscó un lugar tranquilo para centrarse en la literatura. De forma oportuna el conde de Waldstein le ofrece ser el responsable de su biblioteca en el castillo de Dux (Bohemia), para ordenar sus cerca de 40.000 volúmenes. Donde además va a terminar sus memorias en 1792, e incluso va a criticar su vida aventurera y a sus amigos de conquistas, como el conde de Saint-Germain, en su Soliloquio de un pensador. Y es en Dux donde nuestro personaje Casanova muere en junio de 1798, él mismo se despidió a su manera en su autobiografía: “comienzo declarando al lector que, en todo cuanto he hecho en el curso de mi vida, bueno o malo, estoy seguro de haber merecido elogios y censuras, y que, por tanto, debo creerme libre...”. De esta manera, se marchaba el aventurero, escritor y filósofo veneciano, gran amante de princesas y meretrices, gran espadachín y duelista, que se ganó con su intelecto a las grandes cortes de Europa y en su círculo de amistades estaban los grandes intelectuales de su época. Sus últimas palabras fueron “he vivido como un filósofo, y muero como un cristiano”. Casanova no fue sólo un gran conquistador y amante, sino también uno de los más notables intelectos del siglo XVIII, y sobre todo un hombre libre.
Bibliografía:
Giacomo Casanova. Historia de mi vida. Atalanta, 2009.
¿Mantener relaciones sexuales con unas ciento treinta mujeres distintas no es una cifra demasiado elevada? ¡Pardiez, amigo! Está claro que Casanova era un auténtico "precioso". Ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja Ricardo entiendo totalmente tu sorpresa. 130 mujeres son una cifra enormemente elevada para nosotros y nuestra época, pero para el "precioso" de Casanova no tanto, ya que el siglo XVIII era muy liberal en cuanto a sexualidad se refiere y el hombre dominaba la sociedad. De todas maneras por algo ha pasado a la Historia como gran conquistador de mujeres. Otro abrazo amigo y gracias por pasarte por Mundo de Babel.
EliminarMuy chulo Pedrito!!!
ResponderEliminarMientras Londres y París eran los centros intelectuales de toda Europa en el siglo XVIII, Venecia era una ciudad llena de casinos y teatros.
ResponderEliminarCasanova era tambien un intelectual según el artículo.
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