Wolfmother - Cosmic Egg (2009)


En una de las primeras entradas del blog comentaba la tristeza que me causaba el más que probable final de Wolfmother. Sin embargo, aquí estoy con su flamante nuevo disco delante. Sólo tres años después de su excepcional debut, un disco que les encumbró como una de las grandes promesas del rock clásico. Pero que provocó la marcha de dos de sus tres componentes, el bajista Chris Ross y el batería Myles Heskett. Quedando huérfano al grupo y a su líder, Andrew Stockdale. Un Andrew que, para mi sorpresa, ha conseguido llevar adelante el grupo y conseguir unos sustitutos a la altura de Chris y Myles. Además ha logrado grabar un disco sobresaliente, también a la altura de su explosivo debut, incluso más elaborado y complejo, con una excelente producción. Continúa con su retro hard-rock, aderezado con cierta aptitud Indie, y digo aptitud, ya que la música es puro rock duro clásico. Es clásico al extremo, con las consabidas influencias de Led Zeppelín y Black Sabbath, a las que ahora se une la vertiente más psicodélica del rock de los setenta. Facturando un disco lleno de verdaderos temazos de rock, canciones adictivas, auténticos hits, que alucinaran a sus fans. Todo envuelto en un sonido sublime de guitarras, que nos demuestra, que Andrew, además de calidad, tiene las cosas muy claras. Doce cañonazos de rock construidos sobre potentes riffs de guitarra. Comentar que existe una interesante Edición Deluxe, que es imposible de comprar en España, que cuenta con 4 trallazos más de rock.


En el inicio encontramos California Queen, para abrir fuego, ¡qué sonido de bajo!. Es una canción muy intensa, potente, ideal para iniciar el disco. Que nos hace recordar al disco de debut, y a esa voz zeppeliana aguda que tanto nos hizo disfrutar, unida a unas guitarras muy electrizantes. New Moon Rising es hiperclásica y, a la vez, absolutamente actual. Denota con claridad la influencia de Sabbath, con un riff de guitarra demoledor y genial, y una base de batería, para destrozarte el cuello. Es el single, y la elección no puede ser más acertada, resume toda la intensidad del rock de Wolmother. White Feather es como regresar in situ a los 70, en un corte verdaderamente adictivo, con un riff muy a lo Keith Richrads, para engancharte desde la primera escucha y demostrar que estamos ante un disco variado y completo. Los Black Sabbath más clásicos reviven en Sundial. Es un tema hipnótico con unos teclados magníficos y una cruda y pesada base rítmica. ¡qué temazo!, bestial el sólo de guitarra. Con In The Morning encontramos uno de esos temas lentos e intensos, al estilo White Unicorn de su primer disco. Es psicodélico y, de nuevo, muy adictivo. Con su gran estribillo y su intenso cambio de ritmo comandado por la inusual voz de Andrew y una descomunal batería del nuevo Dave Atkins. Pasamos a 10.000 Feet, de nuevo otro corte muy pesado y cañero. El riff es de la mejor escuela Iommi/Page, toda una demostración de densidad e intensidad rockera, gracias a una sobresaliente producción. Con una parte intermedia mucho más moderna, en la que apreciamos la explosiva combinación de estilos




El tema Cosmic Egg nos ofrece un riff verdaderamente original en su trepidante inicio. Este Andrew es un genio. De nuevo nos mete en la maquina del tiempo y regresamos a los 70, con toda la energía y fuerza de la actualidad. Far Away es psicodélica, con una onda muy Beatle, y un estribillo para recordar y recordar. Demostrando que también pueden emocionar cuando se ponen más lentos y melódicos. Pilgrim nos trae de nuevo los riffs cortantes y potentes del mejor rock clásico que se puede escuchar en el siglo XXI. Muy en la línea Aplee Tree de su anterior obra, otro temazo y es que el nivel no baja en todo el disco. En In The Castle nos adentramos, en sus inicios, en la vertiente más atmosférica y psicodélica de Wolfmother, combinada con esos cambios de ritmo y juegos de guitarra y batería. Por lo que acaba siendo un tema atronador, absolutamente magistral. En la recta final nos encontramos con Phoenix, donde Andrew se muestra en pleno estado de gracia, combinando con acierto distintos registros. En un tema muy intenso, como mucha distorsión en la guitarra, muy elaborado, con numerosos cambios rítmicos y de registro. Finalmente, Violence Of The Sun es muy sosegada y denota mucha influencia de los Led Zeppelín. Totalmente atmosférica y envolvente, aderezada con una excepcional sonido de batería y guitarra. Desde mi punto de vista es un colofón genial para un disco que ha superado ampliamente mis expectativas.

Larga vida a Wolfmother, ya que son pura calidad, fuerza, intensidad y genialidad. De manera que estamos ante el futuro más añejo y retro del rock duro. 9/10

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